jueves, 11 de mayo de 2017

VISITANTES DE DORMITORIO (PARTE 2)


A  menudo cuando hablamos de presencias extrañas, visiones  lo asociamos  rápidamente con algo malo, algo tenebroso o algo que nos quiere perjudicar en cierto modo…  No siempre es así a veces es todo lo contrario.

Un día cualquiera en un pequeño pueblo, en una pequeña y humilde casa vivía una buena mujer junto con su familia, tenía 4 hijos.  Hacía pocos meses habían perdido a un miembro muy querido y muy apegado a su familia, su madre, la abuela de los niños. Todos sin excepción lo habían pasado realmente mal las primeras semanas, cada uno a su modo expresaba sus sentimientos y lo iba superando como mejor podía.

El hijo mas mayor, Raúl tenía 20 años y era muy tranquilo; pero desde el fallecimiento de su abuela no conseguía dormir bien, los recuerdos le atormentaban cada noche impidiendo que pudiese conciliar el sueño.  Y así iban pasando los días… sin dormir, cansado, angustiado y no había nada que pudiese hacer.

Una noche cuando apago la luz y se dispuso a dormir, en ese momento en que estas medio dormido pero no del todo, sintió como cada noche una terrible angustia, los recuerdos volvían a la carga asaltándolo impidiendo así que pudiese conciliar el sueño para el tan necesario.  En medio de aquella tormenta de pensamientos y terror,  abrió los ojos y vió acercarse algo a él dentro de la habitación era como una extraña sombra, brillante y clara como la luz del sol.  EL no sintió miedo alguno, no parpadeo y no se movió apenas. Esta extraña silueta se sentó a su lado en la cama y suavemente poso su mano sobre el pecho de Raúl, quedando este profundamente relajado, en paz y dormido.

Cuando se despertó al día siguiente aún recordaba lo sucedido la noche anterior, pero pensó simplemente que era un sueño. Sueño o no, desde ese día el chico pudo volver  a dormir tranquilo sin preocuparse por extrañas pesadillas ni recuerdos.