miércoles, 18 de julio de 2018

La Bodega de Portela


Cuenta la leyenda, que en la casa de Ortelle, situada en Lugo en el ayuntamiento de Pantón. Había una bodega muy famosa y conocida en toda la zona que pertenecía a la familia de los Portela, tenía unos vinos caseros muy buenos y todo el mundo iba a visitar la zona y a degustar aquel néctar de dioses, algunos incluso llegaban a comprar grandes cantidades de vino.
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Entre los vecinos surgió el refrán de: “Antes secaría o río Miño, que na adega do Portela faltara o viño” (Antes se secaría el río Miño, que en la bodega del Portela faltase el vino).

Resultado de imagen de adega antigaGeneración tras generación, el padre de familia de dicha casa jamás dejaba que nadie bajase a la bodega a coger vino.  Porque, según cuenta la leyenda en dicha bodega situada en el sótano de la casa familiar, habitaba una moura.


El cabeza de familia cuando iba al sótano, podía ver como la moura se transformaba de serpiente a mujer, cuentan que tenían muy buena relación entre ellos y que nunca tuvieron ningún problema “se divertían” juntos y después esta le daba unas piedras  que se transformaban en oro.

Y así se dice que esa familia consiguió todas sus riquezas.

Con el paso del tiempo, el padre de familia enfermó gravemente, y no podía bajar a recoger el vino.  Así que, decidió que un criado suyo de confianza bajase en su lugar.

No sin antes advertirle que, viese lo que viese, no debería asustarse.

El criado bajó las escaleras que daban al sótano y abrió la puerta lentamente, prendió su candil y poco a poco fue acercándose hasta que, sin darse cuenta, piso la enorme cola de la serpiente.

Esta levantó la cabeza, era una serpiente enorme… El criado se echó las manos a la cabeza y empezó a gritar, huyendo despavorido del lugar.

Cuando el padre de familia se enteró de lo sucedido no pudo más que lamentarse, se había acabado su suerte con la Bodega de Portela.

Volvió en múltiples ocasiones el señor a buscar vino, pero nunca más pudo volver a ver a la moura.

Por alguna razón, hoy en día en el mismo sitio existe otra bodega descendiente de la Casa de Lagariza, que dicen que hace unos vinos exquisitos…
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miércoles, 11 de julio de 2018

Roxin Roxal.


Esta es una leyenda de amor, que acontece en tierras gallegas; esta vez en la zona norte de A Coruña:

Don Nuno Freire de Andrade, tercer señor de Pontedeume. Vivía como soberano en un municipio de la  zona, su vida transcurría plácidamente junto con su hija Teresa.
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Teresa era una joven de hermosura envidiable y de gran corazón. Tenía muchos criados, guardias y damas de compañía.

Entre todos estos vasallos estaba Roxín Roxal, un joven caballero. Alto, fuerte, con cabellos dorados, y muy sonriente.

Su valentía hizo fijarse en el al mismísimo Don Nuco; con el cual tenía una estrecha amistad, llegando este a regalarle en una ocasión su propio puñal de plata, con piedras preciosas en su empuñadura junto con el símbolo de la casa real.  

Le hizo prometer que siempre defendería a sus señores con él.

Casi sin querer, entre Roxin Roxal y doña Teresa surgió el amor. Ambos se enamoraron locamente. Compartían largos paseos y también múltiples charlas de todo lo que les rodeaba. Cualquier paseo estaba bien si permanecían juntos.

Cuando Don Nuno supo de su amor, se volvió loco de rabia y amenazó a Doña Teresa con matar a Roxin Roxal si no se casaba con Don Enrique Osorio, noble también como ella.

Ella con mucho pesar, se caso con don Enrique a pesar de que no lo amaba de verdad. Sólo para salvar la vida de su amado.

Un día Don Enrique, vio como Roxin Roxal estaba sentando, suspirando de forma melancólica mientras espiaba a doña Teresa en su alcoba a través de una pequeña ventana.

Enfadado lo echó del pueblo para siempre y prometió matarlo si volvía.

Pasó el tiempo, y doña Teresa no se fijaba lo más mínimo en su esposo y este intentaba de mil formas atraer su atención haciendo alarde de su valentía. Así que, un buen día, la invitó a acompañarla a una cacería.

Un enorme jabalí hacía meses que destrozaba las cosechas de los campesinos del pueblo y él estaba dispuesto a darle caza aquel mismo día.

Después de rastrear la zona, persiguieron al animal hasta la orilla del río Lambre. Don Enrique disparo una flecha al jabalí, pero lejos de matarlo lo enfureció más. El animal se abalanzó sobre doña Teresa hiriéndola de muerte, don Enrique asustado huyó desesperadamente y se tiró del puente al río.
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Aquel feroz animal acabó con la vida de doña Teresa, descuartizándola en cuestión de minutos.

Fue una tragedia para el pueblo, don Nuno se sentía avergonzado por la cobardía de su yerno y triste por dejar marcharse a Roxin Roxal, el hubiese salvado la vida de doña Teresa…

A la semana siguiente todo el pueblo quedó conmocionado al ver como en la orilla del río donde había muerto doña Teresa, apareció muerto el enorme jabalí. El jabalí tenía clavado en su cabeza un precioso puñal de plata con el símbolo real.
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Finalmente el puente se quedó con el nombre de “A ponte do porco” (el puente del cerdo) y aún hoy en día se puede visitar y disfrutar del maravilloso paraje en donde se encuentra.  

martes, 10 de julio de 2018

La llorona


Esta es una de las leyendas más conocidas del mundo por todos, tanto jóvenes cómo ancianos.

Y es que, existen muchas versiones de la misma dependiendo de la región, ciudad o país.

Sólo escribiré dos de esas versiones puesto que aunque diferentes, como es lógico, todas tienen prácticamente el mismo argumento.

Versión 1.

“Cómo muchas jóvenes, una chica de pueblo emigró a la ciudad en busca de oportunidades laborales, trabajar y así poder costearse sus gastos.

Era una joven muy bella y enseguida consiguió trabajo como criada de la familia de un noble de renombre en la ciudad. Este junto con su mujer y su hijo vivían en una enorme mansión colonial atendidos por una multitud de criados, jardineros, chóferes…

La chica trabajaba duramente, y compartía habitación con una de las criadas de confianza del coronel.

Fue pasando el tiempo, y esta se enamoró perdidamente del hijo del coronel, un apuesto muchacho que no dudó en aprovecharse de la muchacha dejándola embarazada, para finalmente despedirla y echarla de su trabajo.

Ella, desconsolada regresó a casa de sus padres, ocultando como podía bajo su delantal el embarazo.

Los padres, no tardaron en enterarse y todos los días culpaban a la niña diciéndole que era un error lo que había hecho, una deshonra y muchas cosas desagradables…

Resultado de imagen de la lloronaLa chica, cuando dio a luz, estaba tan perturbada por todo lo que había sucedido con su familia que en un acto de locura, tiró el niño al río. A los pocos minutos de darse cuenta de lo que había hecho, se tiró detrás para recuperar al niño y nunca jamás se volvió a ver.

Cuenta la leyenda que la llorona se pasea por las orillas de los riachuelos llorando y gimiendo en busca de su niño, y que no duda un momento en asustar a aquel que ose interponerse en su camino.”
 

Versión 2

Cuenta la leyenda, que una hermosa muchacha de pueblo. Se enamoró locamente de un misterioso comerciante que pasaba por la zona. Un hombre alto, moreno y muy apuesto.

Él también se fijó en ella y a los pocos meses se casaron, compartían una humilde casa e incluso llegaron a tener dos hermosos hijos. Todo era perfecto, pero ella, desconocía por completo la verdadera identidad de su marido, que era el diablo.

Un día ella salió de casa para hacer la compra y varios recados como hacía siempre, dejando a su marido al cuidado de los niños.

Este, no pudiendo evitar lo que era; asesinó cruelmente a sus hijos despedazándolos y arrojándolos al río.

Resultado de imagen de la lloronaCuando su mujer llegó a casa, no podía contener el llanto. Se pasaba las noches llorando por sus hijos perdidos que nunca más volvería a ver.

Hasta que una noche, el diablo harto de esta situación encadenó a la mujer a la cama con unas gruesas y oxidadas cadenas de hierro, y le clavó una estaca en el corazón.

Desde entonces cuenta la leyenda, que la llorona se pasea por las calles de noche buscando venganza, mientras llora arrastra sus grilletes por la calle haciendo un ruido espantoso.


Cualquiera que se cruce con ella, tendrá un final tan trágico como el suyo, así que, si sientes ruidos de cadenas por la noche en una calle, corre, corre por tu vida…

 

jueves, 5 de julio de 2018

El Rei Cintolo


En un pequeño y próspero condado llamado Bría y situado al norte de Galicia, vivían una multitud de campesinos y pequeños ganaderos gobernados por un bondadoso Rey; el Rei Cintolo.

El Rei Cintolo, tenía una hermosa hija llamada Xila; una hermosa joven de pelo dorado y ojos tan azules como el mar.  Xila tenía numerosos pretendientes pero a pesar de eso de quien verdaderamente estaba enamorada era de Uxío, un conde muy apuesto y noble, pero de escasas riquezas.
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Uxío era un joven apuesto, sencillo y muy leal. Pero a diferencia de los demás caballeros que Xila conocía no era bruto, rudo y sanguinario... era todo lo contrarío, una persona amable y muy sensible. Por eso, no era de extrañar que la preciosa Xila se fijase en el.

Él amor era correspondido, ambos se querían con locura. El rey estaba encantado, lo que más quería en el mundo era ver a su hija feliz.

A los pocos meses, las tubas del palacio retumbaban anunciando en enlace entre la princesa Xila y el conde Uxío.  Celebraron la noticia con un gran banquete invitando a todo el pueblo.

Pero toda esta felicidad se truncó a los pocos días al aparecer en Bría.  Manilán; un malvado y poderoso hechicero, el cual, dirigiéndose al Rei Cintolo:

“¡Cintolo!, he llegado hasta aquí después de una larga travesía sólo para poder casarme con tu hija,  se habla de su belleza más allá de las montañas. Pero los rumores se quedan cortos ante la belleza real de su hija, así pues, le comunico mi intención de casarme con ella y llevarla lejos de aquí, a mi tierra.

Si su majestad, interfiere en mis planes le diré que con un pequeño hechizo destruiré Bría, y a todos sus habitantes.”

Uxío al oír esto, partió hacia el campamento del hechicero y lo retó a un combate a muerte.

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Al amanecer, ambos empuñando sus espadas se enzarzaron en una dura batalla, donde sólo uno de ellos saldría con vida.

Y así fue, Uxío consiguió arrancarle la espada de las manos en un duro golpe, pero, con su último aliento Manilán conjuró algo…
 

Uxío partió rápido y feliz a reunirse con su amada, pero al llegar al pueblo contempló con horror que no había nada. Ni casas, ni la iglesia,  ni el castillo solo un agujero, la entrada de una cueva enorme.

Se adentró desesperado en ella en busca de Xila, pero nunca más se supo de él.
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Actualmente, estas cuevas se encuentran en la parroquia de Argomoso, y pertenecen al municipio lucense de Mondoñedo y son conocidas como La cueva del Rei Cintolo.

Son las cuevas naturales más grandes de Galicia, con aproximadamente 6.500m de longitud y la única virgen de España.

Muchos parroquianos cuentan que, en los días fríos y lluviosos de invierno todavía se puede ver a Xila, sentada en una piedra en la entrada de la cueva peinando su cabello lacio y dorado. A la espera, de que alguien rompa el hechizo que confinó a ella y a su pueblo en aquella cueva maldita.

Él que logre romper el hechizo, vivirá con abundancia y riquezas el resto de su vida.
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martes, 3 de julio de 2018

Hachishakusama


Hachishakusama, (la dama de ocho pies de altura) es un personaje femenino japonés que al igual que Slenderman (en el que hablaré en otro post), tiene una fuerte atracción por los niños.

Aunque puede aparecerse con múltiples formas, generalmente se aparece como una bella dama de mediana edad, con largos cabellos oscuros, vestida con un sombrero  y un vestido blanco.  Lo que más destaca de ella, por supuesto, es su estatura, ya que, mide entre 2.5 y 3 metros de altura.

Era el último día de clases, y Max estaba emocionado, porque, pasaría, como siempre, el verano en casa de sus abuelos en el pueblo.

Le gustaba mucho la naturaleza, pasar horas en la huerta con su abuelo y merendar sobre la hierba debajo de un viejo sauce aquel riquísimo bizcocho que preparaba su abuela.

Resultado de imagen de hachishakusamaUn día muy caluroso, mientras sus abuelos descansaban viendo la tele, él salió al patio alejándose un poco de la casa, y como hacía demasiada calor decidió ponerse a la sombra debajo de unos setos pulcramente recortados que tenían una altura considerable.

Entretenido en sus cosas, se fijó, en que al otro lado del seto podía ver como sobresalía un sombrero como si alguien estuviese caminando y le sobresaliese la cabeza un poco…

El niño pensó que era una broma o algo porque el seto tenía más de 2m de alto, no había nadie tan algo. En medio de sus pensamientos empezó a escuchar a aquella mujer reírse de forma extraña:

Po, popo, po, popo …

Se asustó y corrió lo más rápido que pudo a casa de sus abuelos.

Estos le preguntaron, que a qué venía tanta prisa y él les conto lo que le había pasado. Los abuelos no le dieron demasiada importancia hasta que el niño imitó el sonido de aquella extraña mujer “popo, po, popo, po”

Su abuela se puso blanca, y su abuelo salió disparado hacía el teléfono diciéndole a su abuela que tenía que hablar inmediatamente con K-san. Cerró la puerta a sus espaldas para que el niño no pudiese oír su conversación y fue entonces cuando su abuela le empezó a contar lo que sabía.

“Hachishakusama, hijo, es eso que has visto, es un ser malvado que cada vez que fija su atención en alguien no tarda mucho en morir… y parece que se ha fijado en ti, es muy grave.

Ella estaba encerrada en el templo del pueblo, su malvada alma reposaba entre cuatro figuras protectoras de Jizo (unas estatuas, amuleto de piedra para proteger a los niños).
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Por algún motivo, se ha escapado de su cárcel y te sigue a ti...

El niño se asustó mucho. Veía como  su abuela le contaba estas cosas mientras las lágrimas recorrían su cara.

Al poco rato, su abuelo llego con una señora de aspecto muy mayor, ella era K-san, una antigua sacerdotisa que prometió ayudarlo para que no le pasase nada malo.

Le dió un pergamino con una oración escrita y le hizo prometer que no se separaría de ella hasta que no terminase el ritual.

El abuelo y la señora K-san, encerraron al niño en una habitación en la parte superior de la casa y con el dejaron, una estatua de buda, un cuenco con sal purificador, algo de comer, cómics y una tele.

 Le explicaron a Max que tenía que estar ahí, hasta las 7 de la mañana, no podía salir por nada del mundo, que nadie de los que allí estaban presentes le hablaría hasta la mañana siguiente.  Si sentía miedo, debía rezar a buda y permanecer lo más tranquilo posible.

El niño, encendió la tele y cuando estaba a punto de quedarse dormido escucho un ruido en el cristal de su ventana, el cristal estaba tapado con papel de periódico y no podía ver nada, pero sabía quien estaba arañando el cristal…

Pronto empezó a escuchar unas risas escalofriantes, po, popo, po, popo… Ahí estaba de nuevo.
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Se quedó callado y abrazo fuerte al pergamino. A los pocos minutos escuchó a su abuelo decirle “ya está, ven” “sal de ahí, ven con nosotros”

Max, se abalanzó hacía la puerta para abrirla, pero casi al instante se dio cuenta de lo que le había comentado su abuelo, ellos no hablarían hasta las siete… Aunque la voz era la de su abuelo, él no abrió permaneció sentado aterrorizado rezando al buda.

Mientras escuchaba las risas de Hachishakusama en la ventana y sus constantes ruidos po, popo, po.  Se percató de que la sal del cuenco se estaba oscureciendo.

Al final, termina durmiéndose, y a la mañana siguiente se despierta a las 7.15. Ve que la sal del cuenco ahora es completamente negro. Abre la puerta y encuentra a su abuelo esperándole y a su abuela llorando.

Le pregunta a su abuelo si él lo había llamado durante la noche, y este le confirmó que no había sido él. Y que había sido muy valiente al quedarse dentro de la habitación sin salir.

Imagen relacionadaSu abuela lo agarra de un brazo y le dice, que tiene que irse. Lo suben a una furgoneta, la cual conduce K-san, sus abuelos lo acompañan y otros dos señores que no conoce de nada. Le dicen que tiene que mirar al suelo y no abrir los ojos.

La furgoneta arranca bruscamente a toda velocidad saliendo del pueblo. Y Max sentado en el asiento de atrás vuelve a escuchar aquella risa, popo, po, popo.

Cierra los ojos con fuerza, y mientras se alejan K-san empieza a rezar salmos budistas en voz alta.  El único que puede ver a Hachishakusama es Max,  y por el rabillo del ojo se percata de que la extraña mujer esta rascando en los cristales del coche mientras abre su boca de par en par.

Finalmente salen del pueblo, K-san termina sus oraciones. El niño se baja desconcertado y ve a sus padres entre lágrimas esperándolo para llevárselo a casa. Les dan las gracias a sus abuelos y a k-san. Y finalmente hacen prometer a Max que jamás volverá al pueblo.

Y así fue como Max, nunca más volvió al pueblo de sus abuelos.

Se supo al final, que una de las estatuas que custodiaban el espíritu de Hachishakusama se había roto, y los trozos de esta estaban orientados en línea recta a la casa de los abuelos de Max.

Sin duda una leyenda aterradora.