martes, 23 de enero de 2018

Mariña, la sirena enamorada.

Esta leyenda, se desarrolla en la Isla de Sálvora, situada en el Ayuntamiento de Ribeira (A Coruña).
Esta zona está llena de leyendas, misterios y curiosidades. Esta isla, estuvo habitada hasta principios del siglo XVII,  pero debido al constante ataque de piratas que saqueaban a sus habitantes estos acabaron por irse de esa zona quedando así, completamente, despoblada.  Desde el año 2002 forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, junto con las Islas Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada.
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Pues bien, en esta pequeña isla se desarrola nuestra historia.
 Cuenta la leyenda que a las costas verdes y hermosas de esa zona se acerco el caballero francés Roldán, puesto que no habría fallecido en Roncesvalles como cuentan otras leyendas. Sino que, buscó el retiro  y el descanso en esta preciosa isla.
 Una mañana mientras cabalgaba sobre su corcel negro por la playa, pudo divisar a lo lejos una hermosa dama tumbada en la arena.  Lo primero que pensó es que aquella mujer sería víctima de uno de tantos naufragios en la zona, y estaría muerta. Raudo y veloz, con su caballo se dirigió hacia aquel cuerpo que yacía en la arena.
A medida que se acercaba, empezó a distinguir los rasgos de aquella preciosa mujer, y pudo comprobar que se trataba de una sirena, era la cosa más bonita que había visto nunca, tenía una larga cabellera de un color cobrizo, y unos ojos azules como el mar. Sin mediar palabra con ella, la subió a su caballo y se la llevo a su morada.
Roldán decidió entonces, quitarle todas las escamas de su cuerpo una a una mientras no podía parar de contemplar completamente ensimismado aquella hermosa dama.
Vivieron juntos durante mucho tiempo, se casaron y ambos eran muy felices. Él la bautizó con el nombre de Mariña, puesto que la había encontrado en el mar, era el nombre más adecuado para ella.
Pasaron los años, y su felicidad juntos crecía día a día; todo era perfecto, salvo porque, Mariña nunca había podido articular palabra. El culmen de su felicidad, llegó cuando nació su primogénito.
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Celebrando las fiestas de San Juan, donde se reunía todo el pueblo alrededor de una hoguera, Para cumplir con la tradición, cogió al niño en brazos acercándolo a la hoguera, con la intención de que el fuego lo purificase.
Pero Mariña, que desconocía esta tradición, se levantó bruscamente hacia él, asustada y gritó: “hijo”.
Desde entonces, Mariña pudo hablar siempre con normalidad, y la felicidad de la pareja fue completamente plena.  Compartieron el resto de sus días juntos, y cuando Roldán por causa de la edad falleció, Mariña, la sirena, volvió al mar.
Regresó con una condición: Cada generación la familia Mariño, tendría que entregarle un hijo varón y ella lo llevaría al mar; el elegido sería fácilmente reconocido porque tendría los ojos azules como el mar…
 Y es así como ha habido muchos casos de Mariños de ojos azules, desaparecidos cerca de esa costa.
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