martes, 6 de marzo de 2018

El accidente del Cason (Parte I)


El ancla que está situada en Fisterra, es el recordatorio físico de un suceso que quedo grabado en la memoria de todos los vecinos de la Costa da Morte, hizo en diciembre 30 años.

Los vecinos de toda la costa vieron peligrar sus vidas debido al enésimo accidente marítimo acontecido en sus costas. 

Como es bien sabido, esta zona de la costa de Galicia, desgraciadamente, es muy conocida debido a numerosos naufragios y accidentes marítimos a lo largo de la historia; pero sin duda, el naufragio del Cason, levantó mucha polémica e incertidumbre en aquella época, incluso hoy en día quedan demasiadas incógnitas por resolver.
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Todo empezó a primera hora de la mañana del día 5 de diciembre del 1987, cuando el buque con bandera panameña mandaba un SOS, tras sufrir un incendio en una de las bodegas de proa.
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El barco portaba, según las fuentes oficiales. Una carga de 1.100 toneladas de productos químicos inflamables  en 5.000 bidones, sacos y contenedores.

 Los productos químicos que portaban eran inflamables como el xileno, butano o sodio; corrosivos como ácido fosfórico y ácido alifático; y tóxicos como por ejemplo el aceite de anilina, dibutilflato y o-cresol.
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el tema de la carga de este barco es una de las muchas incógnitas, ya que varios vecinos afirman que en el momento del incendio se vio una pequeña embarcación transportando algo del barco hacia tierra.”

“Mucha gente cree, que el barco llevaba algún tipo de materiales radiactivos, varios políticos se pronunciaron sobre el tema como Xosé Manuel Beiras Torrado parlamentario del BNG dijo textualmente en un programa TVG "Aínda hoxe non se sabe se había elementos radioactivos dentro do Casón" (hoy en día no se sabe si había elementos radiactivos dentro del Cason) o como Rafael Mouzo exalcalde del ayuntamiento de Corcubion que apuntaba a algún tipo de material bélico nuclear ”

 

El barco encalló finalmente en la costa de fisterra, donde perecieron 23 de los 31 tripulantes que iban a bordo.

“Una cosa que sorprende a la gente, después de hablar con varios marineros de la zona es que, no esperasen a la ayuda.  Tenían tanto miedo de lo que  llevaban a bordo que preferían tirarse al mar embravecido de esa zona en pleno invierno, condenándose a una muerte casi segura”.

En los posteriores días el barco siguió ardiendo y se sucedían explosiones en el interior de sus bodegas, causando así una nube tóxica en toda la zona.

 Se empezó a desatar la histeria entre las gentes debido a la falta de información. Puesto que las autoridades y medios de comunicación se contradecían constantemente.

El día 7 se da a conocer el manifiesto de carga del buque, y desde la Comandancia de la Marina en A Coruña se confirma que el buque portaba en sus bodegas innumerables productos tóxicos.  Esto hizo que las gentes empezasen a alejarse de la zona por su propia cuenta, cogiendo sus pertenencias y alejándose a las comarcas del interior.
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El día 10 de diciembre las administraciones deciden evacuar la zona enviando una flota de 700 autobuses para poder proceder a la evacuación de los vecinos afectados debido a la gran nube tóxica que se había formado.

Un día después la administración empezó a llamar a la calma, diciendo y tranquilizando a las gentes de la no existencia de peligro en la zona. Pero la gente se sentía engañada y ya no confiaba para nada en el protocolo de actuación que habían seguido. Incluso comarcas colindantes a las afectadas empezaron a evacuar hacia el interior.
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Estos son algunos testimonios de vecinos de esa zona:

“Un vecino, Suso. Cuenta su testimonio, él era muy pequeño por aquel entonces escasos 3 o 4 años se acercó con sus padres a la zona del naufragio para ver el barco,  días después sufrió quemaduras en los labios y en la piel.”

“Mucha gente no evacuó, dice otra señora del lugar Mercedes; coger el coche con unas carreteras como las nuestras, tan colapsadas con el tráfico; era asegurarse un accidente .  Asi que, nosotros nos quedamos. Sufrimos mareos, vomitos incluso dificultad para respirar durante aquellos días.”

“Cogí unas mantas y todo mi dinero confiesa María otra vecina, estaba sola en casa y junto con los vecinos nos metimos en la carretera, sin saber lo que pasaba y lo que nos esperaba. Con la radio puesta y todos muy atentos a cualquier nueva explosión en el barco.”

“Teníamos miedo de que esto fuese otro Chernobyl, me cuenta Manuel. Ni las autoridades se ponían de acuerdo; por la mañana, todo estaba bien y por la tarde nos evacuaban en autobuses sin ningún tipo de información. No sabíamos a dónde íbamos, que pasaba o cuando volveríamos a nuestras casas”

“Mi mujer y yo, relata Jesus. Por aquel entonces veníamos de Suiza a pasar las navidades con nuestra familia. Habíamos escuchado lo del accidente en la radio pero no le dimos mucha importancia. Cuando llegamos a Galicia no nos dejaban entrar hacia la costa, había despliegues policiales en las principales autopistas que no permitían la circulación a las zonas afectadas.  Finalmente con la ayuda de un camionero llegamos por carreteras secundarias y pudimos reunirnos con nuestras familias.”

 

Pero, ¿Qué ocurrió con la carga rescatada?

En el próximo post continuaré con el desenlace.
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