martes, 7 de agosto de 2018

La Casa del Miedo en Lariño (Muros)


En Galicia existen numerosas construcciones o casas, que dicen, que están encantadas, endemoniadas o malditas.
Hoy hablaré de una, creo, poco conocida. Y es, la casa del miedo de Lariño  también conocida como la casa de Cristina.



Esta casa se sitúa en la provincia de A Coruña  en el ayuntamiento de Muros.

Resultado de imagen de muros galicia casa de cristina
En esta casa, hace años, vivía una pareja  de ganaderos y agricultores que tenía varios hijos, ella se llamaba Cristina y tenía una magnífica relación con su marido e hijos.
Con el paso de los años, sus hijos se fueron a ganarse la vida por el mundo y se fueron a vivir lejos de aquella pequeña aldea, y los padres quedaron solos.
A pesar de echar mucho de menos a sus hijos ellos siguieron con su vida en el campo. Pero a los pocos años, el marido de Cristina enfermó gravemente y no tardó mucho en fallecer. Dejando así, a Cristina sola.
A pesar, de que, sus hijos le prometieron que estarían con ella y que irían a visitarla con asiduidad, estos después del entierro de su padre no volvieron más al pueblo. 
Y así paso el resto de sus días Cristina, hasta el día de su muerte.
Después del funeral cuando sus hijos fueron a leer el testamento y a repartirse la herencia se encontraron con las palabras de disgusto y odio de su madre, que los inculpaba de haberla abandonado completamente sus últimos años.  Así pues, dejó estipulado en sus últimas voluntades que no quería que vendiesen la casa familiar bajo ningún concepto.
Pero estos, interesados más por el dinero que por los recuerdos decidieron vender la casa a una joven pareja.
Resulta que en cuanto la pareja se mudo a la casa, no paraban de sucederles cosas escalofriantes. Puertas que se abrían, ruidos estridentes en plena noche, incluso mientras dormían sentían como alguien le tiraba del pelo o les golpeaban.  Hasta que una noche, empezaron a oír gritos y lamentos provenientes de lo que siempre fue la alcoba de Cristina.
Eso fue el punto y final, se fueron de aquella casa reclamándoles a los hijos de Cristina su dinero y se fueron para nunca más volver.
Resultado de imagen de fantasma mujer
Durante unos años, la casa quedó cerrada y deshabitada, hasta que unos alemanes movidos por la curiosidad decidieron comprarla de nuevo.  La compraron por simple diversión, completamente incrédulos de lo que la gente contaba de ella.
Pero, los alemanes no duraron viviendo en la casa ni una semana. Aunque, actualmente esa casa es de su propiedad está cerrada y deshabitada, ellos construyeron otra pequeña casita de madera al lado en donde viven.
Y la casa del Miedo sigue y seguirá cerrada.

miércoles, 18 de julio de 2018

La Bodega de Portela


Cuenta la leyenda, que en la casa de Ortelle, situada en Lugo en el ayuntamiento de Pantón. Había una bodega muy famosa y conocida en toda la zona que pertenecía a la familia de los Portela, tenía unos vinos caseros muy buenos y todo el mundo iba a visitar la zona y a degustar aquel néctar de dioses, algunos incluso llegaban a comprar grandes cantidades de vino.
Resultado de imagen de panton lugo

Entre los vecinos surgió el refrán de: “Antes secaría o río Miño, que na adega do Portela faltara o viño” (Antes se secaría el río Miño, que en la bodega del Portela faltase el vino).

Resultado de imagen de adega antigaGeneración tras generación, el padre de familia de dicha casa jamás dejaba que nadie bajase a la bodega a coger vino.  Porque, según cuenta la leyenda en dicha bodega situada en el sótano de la casa familiar, habitaba una moura.


El cabeza de familia cuando iba al sótano, podía ver como la moura se transformaba de serpiente a mujer, cuentan que tenían muy buena relación entre ellos y que nunca tuvieron ningún problema “se divertían” juntos y después esta le daba unas piedras  que se transformaban en oro.

Y así se dice que esa familia consiguió todas sus riquezas.

Con el paso del tiempo, el padre de familia enfermó gravemente, y no podía bajar a recoger el vino.  Así que, decidió que un criado suyo de confianza bajase en su lugar.

No sin antes advertirle que, viese lo que viese, no debería asustarse.

El criado bajó las escaleras que daban al sótano y abrió la puerta lentamente, prendió su candil y poco a poco fue acercándose hasta que, sin darse cuenta, piso la enorme cola de la serpiente.

Esta levantó la cabeza, era una serpiente enorme… El criado se echó las manos a la cabeza y empezó a gritar, huyendo despavorido del lugar.

Cuando el padre de familia se enteró de lo sucedido no pudo más que lamentarse, se había acabado su suerte con la Bodega de Portela.

Volvió en múltiples ocasiones el señor a buscar vino, pero nunca más pudo volver a ver a la moura.

Por alguna razón, hoy en día en el mismo sitio existe otra bodega descendiente de la Casa de Lagariza, que dicen que hace unos vinos exquisitos…
Imagen relacionada