Un
viejo amigo enterrador, me contó una vez
una historia que me puso los pelos de punta. Sin duda una de las mejores que he
escuchado nunca.
Él siempre contaba anécdotas de su trabajo,
me contaba como en varias ocasiones al desenterrar viejos cadáveres para hacer
sitio a nuevos veía ataúdes raídos por
las manos de una pobre persona que seguramente enterrarían pensando que estaba
muerta, pero que en realidad sólo era un
caso de catalepsia.
Me
contó también que una vez tenía que
desenterrar a una mujer joven que había muerto dos días después de su boda, y a
la que vistieron con su vestido nupcial, había 20 años desde que había sido
enterrada en aquel lugar, y el procedió como en múltiples ocasiones a
desenterrar el ataúd que estaba bastante dañado por el paso del tiempo y la
humedad que azotaba duramente esa zona del cementerio en invierno, aún así el
se esperaba que estuviese en peores condiciones, quizás algún trozo de madera
suelo… algún resto de ropa…. El caso es que el ataúd a pesar de verse
claramente deteriorado todavía se conservaba entero. Eso le sorprendió, pero más se sorprendió al
abrirlo para proceder a retirar los restos, lo que vio… vio a la mujer, bella e
inmaculada, con el vestido intacto sus
mejillas sonrojadas y su expresión facial de tranquilidad y paz. Parecía
que estaba dormida, nadie nunca hubiese pensado que aquella bella joven permaneció
bajo tierra durante 20 años.
Debido
a esto, el cuerpo fue analizado porque no era normal que después de tanto
tiempo un cuerpo de forma natural se conservase así, los familiares decidieron
pagar a un médico forense para que pudiese realizar un estudio. El Estudio
determinó que la mujer había sido asesinada, envenenada para ser exactos; que
no había explicación para que se conservase así pero que seguramente fuese a
causa del veneno.
Después
de eso, se vio en la obligación de llamar a las autoridades pertinentes, al
párroco y después de hacer todos los trámites
legales de dicho asunto se volvió a enterrar el cuerpo, y acordar dejarlo sin
desenterrar nunca.
A día
de hoy aún se conserva la tumba de esa mujer, la incorrupta… muchos vecinos
cuentan haber visto al fantasma de una
bella joven vestida de blanco correteando por los pasillos del cementerio,
gritando o canturreando alguna extraña canción.
Asomarse a la tapia del cementerio hacía la
carretera como si estuviese intentando ver a alguien que pasaba o incluso hay
quien dijo alguna vez haberla visto sentada encima de su propia tumba peinando
su largo y hermoso cabello castaño.
Cuenta la leyenda que si te acercas demasiado al cementerio de noche, para verla ella te matará; ella no vive en paz y no dejará que nadie lo haga si osa perturbarla.
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