lunes, 2 de enero de 2017

COSAS PENDIENTES





Para la gente aficionada a todo lo relacionado con el mundo de lo paranormal, o simplemente cualquier persona; alguna vez hemos oído algún relato que narra una aparición de una persona después de su fallecimiento.


Relatos contados que pasan de boca en boca entre unos y otros sin saber muy bien si es real o no, una simple invención, la imaginación de ciertas personas o solo una mentira para asustar a los más chicos, en esta ocasión procederé a narrar algún que otro relato sobre apariciones, como todos mis relatos sucede en un pequeño pueblo.

En una familia como cualquiera, compuesta por una madre, un padre sus dos hijas (de 12 y 6 años respectivamente),  y su abuelo materno. Una familia muy humilde que vivía al día, dedicada pobremente a la agricultura. A duras penas podían permitirse más lujos que unas galletas para las niñas y unos cigarrillos para los hombres de la casa.

Un día al alba se despertaron como era costumbre  y cada miembro de la familia se disponía a realizar sus tareas. Las niñas aquel día salieron temprano para lavar la ropa al río. Después de todo el día trabajando llegaron a casa, y se encontraron la peor noticia que podrían darle, su abuelo, había fallecido, Ambas estaban muy unidas a él y ninguna tuvo la oportunidad de despedirse, puesto que aquella mañana ellas partieron antes de que su abuelo llegase a levantarse. Pasaron varios días desde su fallecimiento y ambas niñas seguían con ese pesar de no poderse haber despedido  de su querido abuelo.

Era una noche de luna, tranquila… y una de las niñas se despertó. Instintivamente se dirigió hasta la ventana para, ante su asombro, ver a su abuelo apoyado en el portal de su casa fumando como hacía siempre que no podía dormir. Ella lejos de sentirse asustada o tener miedo corrió hasta su hermana para despertarla y poder contarle lo que estaba viendo, ambas niñas se acercaron a la ventada y allí estaba su abuelo…  no podían creérselo, ambas niñas estaba completamente paralizadas, la más pequeña abrió la ventana y le gritó a su abuelo, este tranquilamente tiró su cigarrillo al suelo se giró y sonrió cariñosamente, despidiéndose con su mano.

Al amanecer ambas niñas despertaron en sus camas sin recordar lo que había pasado la noche anterior…. Pero ambas recordaban haber podido ver claramente a su abuelo, desde entonces encontraron la paz que necesitaban para poder seguir adelante a pesar de no haber tenido la oportunidad de haberse despedido de su abuelo, al menos en vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario