Esta
historia la situaremos en Galicia, en la provincia de A Coruña, para ser
exactos en Rianxo en un pequeño pueblo llamado Abuín.
Este
pequeño pueblo, actualmente es un pueblo como otros tantos de Galicia o de
cualquier parte del mundo, sus vecinos
viven en la tranquilidad de la vida rural, lejos de grandes núcleos urbanos.
Pocos
saben, que este pequeño pueblo tiene un oscuro pasado. Puesto que lo que ahora
conocemos es el “nuevo” Abuín por llamarlo de alguna forma.
Allá
por el siglo XIV –XV, el pueblo de Abuín fue completamente asediado sin piedad
por el mayor enemigo del hombre por aquel entonces, un arma mortal, sin piedad,
sin compasión de nadie… mataba cada día a varias personas indiscriminadamente
sin importarle la edad, sexo o estatus social. Era una maldición imparable; era
la Peste Negra.
Los
vecinos de aquel pueblo, estaban aterrorizados con aquello, debido a los pocos
medios sanitarios de la época desconocían la enfermedad completamente. Pero una
cosa si tenían clara, el origen de aquello estaba en su pueblo. Y no
dudaron en abandonarlo y dejar todo
atrás dejando aquel pueblo vacío y abandonado completamente.
Las
gentes de aquel lugar cuentan que aquella enfermedad, más que enfermedad para
ellos una maldición fue a raíz de un robo en el monasterio de Armenteira,
debido a eso por profanar aquel lugar sagrado; el pueblo fue castigado, fue
maldito; todos perecerían con aquella extraña enfermedad que los exterminaba
lentamente día tras día. Cuentan que en aquel monasterio existía un gran tesoro
vikingo (o de algún pueblo nórdico descendiente de estos) que fue robado sin
piedad, y nunca volvió a aparecer.
Otra
versión de esa maldición es que alguno de los vecinos de ese pueblo cayó bajo
el hechizo de una extraña bruja. Al
recoger un cáliz o un casco de oro y piedras preciosas finamente talladas, que
un cura le arrojaría. (Este cura no sería tal, sería una bruja) por dicho acto
maldeciría a esta persona enfermándola, y esta a su vez contagiaría a todo el
pueblo.
Se cree
que la Peste Negra, llego a Abuín desde algún barco que llegó al Grove, procedente de algún lugar
de Europa donde la peste, ya campaba a sus anchas causando la muerte de un
tercio de la población. Llegaría a aquel pequeño lugar a caballo, quizás durante
los siglos XIII o XIV. Extendiéndose así en la zona como un reguero de pólvora,
causando numerosas muertes y auténtico pánico entre los habitantes de la zona.
Los
vecinos de Abuín finalmente instalaron su nueblo pueblo a unos quilómetros del
viejo, por seguridad marcaron la calle
principal del antiguo pueblo, para advertir a sus posibles futuros visitantes
que aquel no era un lugar seguro, que era un lugar donde reinaba la muerte, y
donde no eran bienvenidos.
Hoy en
día se puede visitar el pueblo antiguo, donde se pueden apreciar claramente las
hermosas casas de cantería en ruinas, las calles empedradas y la naturaleza
salvaje apoderándose de lo que es suyo, cubriendo las ruinas con maleza.
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