Corría
el 3 de diciembre del año 1992, cuando
un gran petrolero llamado Aegean Sea (Mar Egeo) de origen griego.
Estaba fondeado en la ría de Ares esperando su turno para poder atracar
en el puerto de A Coruña.
Era un
buque fabricado en Japón en 1973, tenía aproximadamente 261 metros de eslora,
tenía capacidad para 114.000 toneladas de peso muerto. En aquel momento el
buque portaba aproximadamente unas 79.000 toneladas de Brent (Crudo ligero)
destinado a la refinería de Repsol en A Coruña.
El buque tenía una tripulación de 28 personas, procedente de Sullom Voe
(Reino Unido, mar del Norte) y el capitán Constantinos Stavridis de origen
griego.
El barco tenía todo en regla, todas las
inspecciones y revisiones a las que había sido sometido las había pasado
satisfactoriamente.
Una
característica muy reseñable del puerto de A Coruña es que, la entrada
orientada a la parte norte, está dividido por un bancal de rocas, llamado las
Yacentes. Esto obliga a los barcos a esquivarlas cada vez que entran o salen
del puerto.
Entrar
al puerto por la parte que está más al norte está prohibido a buques de gran
calado desde el 1976, cuando otro petrolero llamado Urquiola encallo en esa
zona perdiendo su carga. Así que, como
buque de grandes dimensiones el Aegean Sea debe tomar, obligatoriamente la otra
ruta, con buen tiempo la entrada a este
puerto con un buque de esas dimensiones no es considerada complicada.
Como
decía, era el día 3 de diciembre, las condiciones meteorológicas eran muy
malas, había un gran temporal, cientos de fuerza 7/8 con rachas de 9, aguaceros persistentes y mar
de fondo del sur con olas de hasta 6
metros. En estas condiciones el
petrolero empezó a iniciar las maniobras oportunas para poder llegar a
puerto. Inicio el proceso de elevar
ancla a las dos y media de la madrugada,
este proceso tardó más de una hora, ya
que, tenía que recoger 200m de cadena que había largado un par de días antes
para asegurar el barco ante aquel temporal.
Después
de varias maniobras, sobre las cuatro y media de la madrugada cuando el buque
estaba a unos dos mil metros de la costa e iniciaba la última maniobra para
poder incorporarse al canal de Punta Herminia a través del cual llegaría a
puerto, un gran chubasco impidió completamente la visión, desde el puente, ni se veía la proa del
petrolero; tan grave fue, que los sistemas de radar quedaron inoperativos
durante unos momentos. Debido al gran
estruendo que la lluvia producía al golpear el casco de la nave y el fallo de
radar, el barco embarranca entre la punta Orzán y la punta Herminia sobre las
4:50 de la madrugada.
Hubo
varias versiones de lo ocurrido, el capitán sostenía que un golpe de mar dejó
sin gobierno la nave, en la peor situación posible, y que nada pudo hacer para
evitarlo. Sin embargo, la Dirección General de la Marina Mercante le acusó, de
hacer una maniobra incorrecta.
Finalmente
la nave, quedo incrustada en las rocas que hay bajo la Torre de Hércules, el
práctico embarco en el barco a las cinco de la madrugada, la nave estaba intacta y apenas había sufrido
daños, pero la proa se había incrustado en las rocas firmemente, en aquel
momento la marea estaba baja y no podían hacer ningún tipo de maniobra para
sacarlo. Si el temporal lo permitía dos
remolcadores podrían ayudar a sacarlo de allí.
Se movilizaron todos los servicios de
emergencia dos remolcadores de puerto;
el Sertosa 22 y el Sertosa 25; un remolcador de altura, el Alonso de
Chaves; tres helicópteros de rescate,
Helimer Galicia, Pesca I y Pesca II; y el barco de salvamento de la Cruz Roja,
Blanca Quiroga.
A las
9:30 de la mañana, llegan a la conclusión que lo mejor es evacuar a toda la tripulación
y los técnicos de salvamento que habían embarcado hasta el momento. El barco se
había partido en dos.
A las
diez, se produce una violenta explosión, obligando a los técnicos que quedaban
a bordo a lanzarse al mar. El temporal no cesaba, no daba tregua, tanto fue así
que la fuerza del viento reavivaba las llamas que consumieron los restos del
buque y unas 50.000 toneladas de petróleo. Se consiguió extraer unos 6000
litros de petróleo pero unas 11.000 se evaporaron debido a la volatibilidad de este tipo de petróleo. Unas 15.000
toneladas fueron vertidas directamente al mar, que al carecer de barreras de
contención, causaron graves daños en la zona viéndose así afectados unos 300kms
de costa.
No hubo que lamentar daños personales, pero si se tuvo que evacuar al barrio de Adormideras el más cercano, obligando así a dormir fuera de sus casas a mas de 300 personas, debido al intenso humo que hacía imposible respirar en la zona.
La
falta de un práctico experimentado a bordo, unas malas condiciones
meteorólogicas, un chubasco repentino, una maniobra imprudente o la nocturnidad
del atraque fue la combinación de unos factores para el encallamiento del
buque.
Finalmente
en 1996, el Juzgado de A Coruña declaró culpables al capitán y al práctico de
puerto, con delitos de imprudencia temeraria imponiéndoles una multa de
300.000ptas a cada uno; en 1997 fueron declarados directa y solidariamente
responsables del siniestro y, subsidiariamente, al propietario del buque y al
Estado Español. Las indemnizaciones a los afectados comenzaron a pagarse en el
año 2002 tras un largo proceso judicial en el Tribunal Superior de Justicia de
Galicia.
El ancla del barco se conserva en el Aquarium Finisterrae, en A Coruña.
Aunque
los daños causados por este vertido fueron gravísimos, no fueron comparables a
los que años después causaría el Prestige.
Debidos principalmente a los gobiernos encargados de actuar en aquella
época. Cabe mencionar que durante el
accidente del Mar Egeo, el gobierno del PSOE de la época apenas tuvo margen
para reaccionar porque el barco se hundió en apenas dos horas y transportaba una carga muy volátil y
altamente inflamable.
En cambio,
durante el accidente del Prestige (del cual hablaré en otro post)el cual
llevaba una carga no inflamable y que tardo en hundirse varios días. El Gobierno de entonces, el PP se negó a
remolcar el barco hacia un puerto seguro, entre otras cosas, para evitar las
protestas de los políticos locales. Y causando así la mayor catástrofe
medioambiental de la historia en Galicia.
Os recomiendo ver este vídeo de Manu Guinarte:
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