lunes, 8 de septiembre de 2014

La playa fantasma

Cuenta una leyenda... A finales del verano, un día como hoy, una noche de luna llena despejada y sin una nube. En una playa virgen rodeada únicamente por tierras de cultivo, principalmente maiz se desarrolla nuestra historia. Un campesino y su hijo marchaban de su casa dispuestos a pasar una noche en vela, para vigilar sus cultivos y protegerlos de algún jabalí hambriento que destrozase sus cosechas. Salieron de casa al caer el sol y ambos se dirigieron a su destino, hablando entre ellos plácidamente. Llegaron y se instalaron detrás de un árbol centenario que les protegia de la brisa marina, se sentaron y sacaron de su bolsa algo de comer. Estuvieron hablando largo y tendido durante horas... la luna brillaba y se veia todo el paisaje de una playa sombría inmensa que se extendia delante de sus ojos, ambos contemplaron aquel bello paisaje durante un tiempo. Cuando en un momento ambos pudieron ver algo a lo lejos, dos siluetas, dos siluetas con forma humana pero con un tamaño muy inferior a lo normal. No se asustaron, ambos tenian curiosidad ya que las dos siluetas provenian de un acantilado donde no solía haber nadie. Pasaron los minutos y aquellos entes se disponian a cruzar la playa hacia donde estaban el campesino y su hijo, algo raro pasaba, algo extraño estaban contemplando. Aquellos seres a medida que se acercaban iban creciendo poco a poco, creciendo hasta el punto de parecer gigantes, re reian a carcajadas y al poco rato se pararon a descansar, uno de ellos saco de su bolsillo un enorme puro del tamaño de un brazo humano. El campesino y su hijo estaban aterrorizados ante aquella escena fantasmagórica digna de cualquier novela de misterio. Asustados y perplejos salieron de allí corriendo para refugiarse en su hogar, y desde entonces nunca han vuelto solos de noche a esa playa. Cuentan varias personas de este pueblo diferentes sucesos en torno a esta playa, poco a poco iré contando alguno más...

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