lunes, 8 de septiembre de 2014

La Santa Compaña 1

La Santa Compaña... leyenda o realidad La Santa Compaña es una procesión de almas, encargada de anunciar las muertes próximas en un pueblo. La procesión de almas sale del cementerio, a las 00:00 de la noche (en invierno) y a la 1:00 (en verano) recorre el pueblo, pasa por zonas oscuras sin luz pública y manda señales de todo tipo a las personas que fallecerán en los dias próximos, aunque en la mayor parte de los casos las personas afectadas no se enteran. Mucha gente afirma haber notado presencias o sensaciones extraás mientras cuidaban a sus seres queridos en su lecho de muerte dias antes del fallecimiento. Uno de estes casos una señora cuidando de su marido enfermo desde hacia varios años, me conto personalmente que a las dos de la madrugada la noche antes del fallecimiento de su marido. Su habitacion se lleno de polillas, cientos de polillas. Otro de los casos fue otra señora, esta vez cuidaba de su madre mayor y muy enferma que afirmo entrar en su habitacion y esta estar demasiado fria, un aire gélido recorrio su cuerpo durante un breve espacio de tiempo. Para despues volver la habitacion a la normalidad. El último caso que voy a citar, ya que son cientos de ellos. Es el de un hombre que estaba perfectamente sano, que falleció insesperadamente en un accidente el día siguiente ha este suceso. El señor acostumbraba a pasear por las noches porque padecía de insonmio, una noche mientras paseaba por una colina vió a la procesión de las almas que pasaba por el camino que estaba justo debajo de esa colina. Él se asustó, se escondió en unos arbustos y contempló la macabra escena. La procesión portaba un ataúd abierto, el hombre intrigado por saber quien era el muerto se incorporó y vió claramente su cuerpo, muerto, pálido y sin vida en aquel ataúd. Se sintió aterrorizado y corrió a su casa, se lo contó a su mujer y a sus hijos pero nadie le creyó. Al día siguiente mientras trabajaba reparando un tejado, aquel hombre resbaló y se cayó al vacío, murió instantáneamente.

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