Había
una vez, en un pequeño pueblo; un señor
que era leñador y que vivía de forma muy humilde junto a su mujer y sus dos
hijos, el tenía una enorme verruga en un lado de la cara que le daba un aspecto
un tanto repulsivo, toda su vida había estado buscando remedios para hacerla
desaparecer pero ninguno de ellos tuvo éxito.
Cuando era pequeño, su madre y su abuela
probaban con él, diferentes métodos caseros para quitársela, lo ofrecieron a
muchos santos de la zona con fama de ser muy milagrosos, pero ninguno obró tal
milagro.
Con los
años empezó a ir a diferentes médicos, probó diversos tratamientos pero ninguno
surgió efecto, aquella horrible verruga permanecía en su cara, y lejos de
desaparecer con los años se había vuelto más grande.
Un día
que estaba solo en el bosque trabajando, escuchó a lo lejos una música lo cual
le pareció muy extraño, en medio del bosque música un martes por la mañana, no
tenía ningún sentido. Así que se dispuso a acercarse para cotillear un poco y
ver de dónde provenía y quienes estaban a esa hora de fiesta.
Poco a
poco fue acercándose al lugar donde provenía la música, y se dio cuenta de que
efectivamente alguien estaba celebrando una fiesta o algo similar en una cueva;
se coló lentamente para no ser descubierto y desde detrás de una roca pudo
contemplar aquella grotesca escena.
Eran al
menos unos cincuenta demonios todos bebiendo y bailando escuchando música y pasándoselo
bien, no podía creérselo estaba atónito.
En un acto de inconsciencia, el señor saltó en medio de todos los
demonios y se puso a bailar. Todos los demonios se sorprendieron ante el
fabuloso ritmo que llevaba aquel simple humano asique encantados con aquello se
pusieron a aplaudirle. Al terminar la pieza, el jefe de los demonios se le
acercó y le dijo:
-
Nos ha gustado mucho tu baile, y estamos seguros de que eso no es algo
natural debe ser algún tipo de magia. Creo que tu don para el baile proviene de
esa verruga que tienes en la cara, por eso te la voy a quitar y si quieres
recuperar tu suerte en el baile tendrás que volver a bailar para nosotros.
Y así fue,
el demonio libró al hombre de aquella horrible verruga, y este feliz como nunca
se dirigió a su casa.
Al cabo
de unos días, se topo con un vecino muy amigo suyo que también por desgracia
padecía de lo mismo que él, tenía una enorme verruga en la cara, éste, le preguntó
que como se había librado de su verruga, que él daría cualquier cosa para que
la suya también desapareciese así. Entonces el procedió a contarle la historia
de los demonios… le facilitó el lugar y la hora y lo animó a ir para que ellos
pudiesen librarlo también de su verruga.
Y así
fue… el otro amigo, se dirigió a la cueva y efectivamente allí estaban de nuevo
los demonios con su peculiar celebración.
Siguiendo
los pasos de su amigo, saltó en medio de todos los demonios y se puso a
bailar... pero algo fallaba, el no sabía bailar bien y empezó a descoordinarse
hasta perder el equilibrio y tropezar varias veces.
Al
terminar la canción, el jefe de los demonios se le acercó y le dijo:
-
No nos ha gustado nada como has bailado, creo que necesitas algo de
magia para hacerlo mejor para la próxima vez, así que te daré algo.
El
demonio puso en su otra mejilla otra enorme verruga. Y así fue como aquel hombre con mala suerte
para el baile acabo quedándose con dos verrugas.
Conclusión, o baile mellora a estética e a saúde jajajajajaja
ResponderEliminarXa sabes, A Bailar!
ResponderEliminar